SINOPSIS:
¿Y si pudieras vivir para siempre?
Una lucha desesperada a través de los tiempos, por salvar del cáncer a la mujer que ama, llevará al Dr. Tom Creo a buscar la cura en un árbol milenario, cuya savia parece guardar el secreto de la vida eterna.
Uno de los más peculiares y desquiciantes directores del panorama actual, Darren Aronofsky, plantea en
The Fountain (La fuente de la vida) un relato apoyado en tres planos existenciales que se entrelazan para dar forma a una declaración de amor más allá de la muerte.
A caballo entre la realidad, la ficción de una novela y un viaje espiritual al confín del espacio y el tiempo, esta alegoría sobre el amor eterno no debe dejar indiferente a nadie por su riqueza narrativa, su componente visual y el excelente trabajo interpretativo que la acompaña.
Hugh Jackman, cuya carrera (lanzada por el papel de
Lobezno) se encuentra en pleno auge tras trabajos de gran tirón comercial como
The Prestige o
X-Men: The las stand, saca tiempo para deleitarnos con un excelente registro dramático en el que es, probablemente, el papel más exigente de su trayectoria. Rachel Weisz por su parte, que me robó la imparcialidad en
El jardinero fiel, mantiene el alto nivel del filme y consigue encandilar con su pálida belleza.
Regalándonos la vista y el oído con una impactante fotografía colorista y una excelente banda sonora de Clint Mansell (en su 3ª colaboración juntos tras
Pi y
Réquiem por un sueño), consigue tensarnos durante
los 97 minutos más sensitivos que recuerdo en mucho tiempo sobre una butaca de cine.
Aquel que se deje llevar por las imágenes más impactantes del trailer promocional, y espere la épica mal entendida que últimamente parece anegar las salas de proyecciones, probablemente salga decepcionado de la sala. Recomiendo ir a verla sin ideas preconcebidas y cada nervio del cuerpo predispuesto a sentir; gustará o no, pero hay que reconocer la extraordinaria intensidad del filme y no se puede negar que es un largometraje fuera de lo corriente y eso, para lo que acostumbra la cartelera, es mucho ver.
Aronofsky ha vuelto a dar en el clavo con
una historia de siempre contada como nunca. Un drama fantástico altamente recomendable.
Acábalo, me dice al oído. Acabo.