No comulgo demasiado con ese extraño concepto de la heroicidad en el que ya no importa el sacrificio ni la derrota del miedo, sino la capacidad de detonación y destrucción. Admiro a los héroes por accidente, los de la vida real, erráticos en sus pasos, temerosos hasta la médula, los que se superan. Embriagados por el concepto de superhéroe sin debilidades, aquellos que se desmarcan del perfil son los que más crédito recibirán por sus actos. Daredevil, alejado de grandes heroicidades, héroe de barrio, limitado, falible, encarna a la perfección ese modelo. Es por ello que tampoco necesita una banda sonora llena de alardes, épica, grandilocuente. Paesano lo entiende así y desarrolla un score altamente repetitivo, oscuro y de sonidos magnéticos, articulado sobre un Main Title que envuelve acertadamente esta cuasi obra de arte que es la primera temporada de la serie de Netflix y Marvel. Es difícil encontrar en esta edición un corte donde el tema principal no se deje caer: En Fogwell’s Gym con un marcado carácter “deportivo”, en Hallway Fight un tema asfixiante de pura acción que termina con una adaptación a piano, en Daredevil, la única pista que Paesano se permite la licencia de hacer sonar épica con una orquestación algo más trabajada e intensa… Tal reiteración no resta interés a la partitura, que despliega todas sus armas en The Suit y que se completa con un segundo tema más emotivo y lírico que el principal en Batllin’ Jack Murdock asociado al padre del abogado ciego. En audición aislada, su escasa variedad musical, quizá condicionada por tratarse de la edición comercial de un trabajo que de seguro tiene mucho más material, puede resultar algo pesada, pero es en pantalla donde demuestra su perfecta simbiosis con el excelente pulso narrativo de la serie. Lo mejor: Su intencionado carácter de mero acompañamiento. Lo peor: Se echa en falta cierta independencia musical para el resto de personajes.

J.J.L.S.