En los mejores años de Williams, durante los que se ganó el respeto de todos los aficionados y se consolidó como uno de los nombres clave en el sinfonismo moderno, nace esta obra que no alcanzó, sin embargo, la repercusión de otros títulos más comerciales. No porque la partitura no estuviera a la altura, sino porque el film estaba de antemano condenado a pasar inadvertido en un tiempo de grandes blockbusters. El vinilo editado en su momento no tuvo la acogida que merecía, ya que entonces no era fácil asociar el nombre de Williams con un cine de mayor peso emocional; la tardanza de este lanzamiento en compacto que ahora nos llega –cuya compilación es la misma del disco original- tampoco ha contribuido a que el aficionado explore esta menospreciada faceta del autor, en la que posteriormente tanta destreza ha demostrado a través de obras como Nacido el 4 de Julio, La lista de Schindler o Nixon. El desgarrado solo de trompeta que apertura la función nos introduce en el clima de dramatismo y decadencia que gobierna toda la obra, pero más aún convencen las versiones que, de ese mismo leitmotiv, ejecuta el conjunto de violines apoyado por un opulento ejercicio orquestal. Esa grandilocuencia de Williams con la que tan familiarizados estamos, se exhibe con holgura en Gloria, donde coros y músicos aúnan esfuerzos para ofrecer una melodía tan atípica que roza la extravagancia. Momentos vivaces como Reunion in Italy o The Meeting in Sicily se combinan con pasajes graves que reflejan con solemnidad el recogimiento religioso –como Audience With the Holy Father-, resultando como producto de la amalgama una obra muy variada y completa pese a su brevedad. Aunque en 1997 había aparecido un compacto promocional que, además de estos 10 temas, incluía el score de Missouri (también de Williams), la mejorada calidad convierte la presente edición en una pieza indispensable en cualquier colección.

M.M.M.